La industria aérea vuelve a despegar después de una larga temporada con gran parte de sus efectivos en tierra. Aviones, pilotos, tripulantes de cabina de pasajeros y clientes tuvieron que dejar de volar obligados por una pandemia que desencadenó una crisis sin precedentes en la aviación comercial. En el sector cifran las pérdidas de 2020 en más de 47.000 millones y 2021 es todavía una incógnita, con gran parte de las plantillas en ERTE y circulación de rescates gubernamentales millonarios.
Pero desde hace varias semanas empiezan a emerger signos contundentes de recuperación. Muchas voces autorizadas como la del presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, han hablado de una demanda latente en el sector turístico que se materializará durante la temporada alta de verano y se extendería durante el otoño. La gente tiene ganas de viajar y las compañías aéreas y los operadores turísticos están preparados para atender la demanda.
Otra de las señales fiables de recuperación es la aparición de nuevas compañías aéreas en el mercado. Tomando como referencia la máxima de que toda crisis es una oportunidad, han aparecido varias iniciativas empresariales en todo el mundo que vienen a cubrir lo que parecen haber identificado como nichos y oportunidades de mercado. Se trata de aerolíneas pequeñas, en ocasiones con no más de 3 aparatos en su flota, que pretenden cubrir necesidades muy específicas, mayoritariamente de ámbito local.
La firma de leasing de aeronaves Avolon ha publicado un informe en el que contabiliza 50 quiebras de compañías aéreas durante el año 2020. En lo que va de 2021 ya se han contabilizado cerca de 100 nuevos registros de aerolíneas, lo que da una idea del actual dinamismo del mercado. Jim Morrison, jefe de Gestión de Cartera de Avolon, vaticina que habrá más aerolíneas de nueva creación en el 2021 que quiebras en el 2020, informa Maite Gutiérrez en La Vanguardia. “No todas prosperarán, pero algunas de las aerolíneas de mayor crecimiento en la próxima década comenzarán a operar este año y el próximo”, añade Jim Morrison.
Plantillas conformadas por tripulantes de cabina de pasajeros desempleados
Una de las consecuencias directas de este dinamismo impulsado por estas nuevas compañías ha sido sacar de las listas de desempleo a muchos tripulantes de cabina de pasajeros y azafatas y auxiliares de vuelo que habían perdido sus trabajos con el estallido de la crisis sanitaria del COVID19. El mercado ha adoptado una nueva dimensión que pocos esperaban y se han abierto grandes ventanas de oportunidades laborales a un gran número de TCPs experimentados que necesitan volver a volar.
Las nuevas aerolíneas pueden contar así con una tripulación preparada para dar un servicio solvente y profesional desde el primer vuelo sin necesidad de dedicar grandes inversiones a la formación de azafatas y auxiliares de vuelo. Lo mismo pasa con sus plantillas de pilotos, conformadas a partir de profesionales experimentados que estaban en tierra. Y han podido redondear las inversiones con la adquisición de aviones a un precio bajo dadas las circunstancias del mercado.
Pequeñas aerolíneas buscando las rutas abandonadas por grandes compañías
El panorama de la aviación comercial es similar en todo el mundo. Los grandes grupos buscan recuperar su actividad maximizando sus ingresos. Un planteamiento que pasa por priorizar las rutas más comerciales y rentables optimizando sus recursos, lo que les puede llevar a descuidar trayectos y destinos alternativos.
También se da el caso de grandes recortes en aerolíneas de referencias que se han visto obligadas a abandonar rutas cuyo ratio de beneficios era menor, ya sea por el volumen de demanda del trayecto o por sus márgenes de amortización.
En España, pese a la incertidumbre que vive el turismo debido a las posibles restricciones impuestas por los diferentes países emisores de turistas, han aparecido 3 nuevas compañías, todas enfocadas a viajeros vacacionales. Lattitud Hub, Isla Air y Uep Airways son nuevos proyectos que pretenden hacerse un hueco en rutas entre los archipiélagos canario y balear y diferentes aeropuertos de la Península.
Isla Air ha inspirado su negocio en los modelos existentes en las Islas Maldivas y busca conectar todo el archipiélago de Baleares con Barcelona a través de hidroaviones. Competirá con Uep Airways en esta zona del Mediterráneo, aunque esta compañía operará con aparatos convencionales. Por su parte, Lattitud Hub es un proyecto canario participada por hosteleros de la provincia de Tenerife y respaldado por el propio Cabildo que quiere dinamizar el turismo a las islas con un modelo particular.
En Europa también han emergido nuevas compañías que vienen a cubrir los huecos dejados por aerolíneas desaparecidas o pretenden abrirse camino a través de nichos poco explotados. Es el caso de la sueca Northern Airlines con base en Estocolmo, desde la que volará a Málaga y Beirut durante el verano. O la noruega Norse Atlantic Airways, cuyo objetivo es acaparar parte del mercado de largo alcance dejado por Norwegian en su política de recortes.
Más compañías en todo el mundo buscan captar rutas abandonadas por otras grandes aerolíneas. Es el caso de Avelo Airlines y Breezee Airways, que quieren recuperar vuelos que han quedado vacantes en Estados Unidos. O el de EGO Airways y SkyAlps en Italia, donde la referencia Alitalia se ha visto obligada a renunciar a muchos trayectos que pueden ser muy aprovechables por estos nuevos actores del mercado..
Como en otras grandes crisis, la pandemia mundial ha removido el mercado y el mapa de la aviación comercial está cambiando. Es muy pronto para saber qué va a salir de aquí pero, por lo pronto, el sector está abriendo nuevas oportunidades de desarrollo profesional para tripulantes de cabina de pasajeros y azafatas y auxiliares de vuelo.