La era de los viajes comerciales supersónicos parece no haber llegado a su fin con la retirada del Tupolev soviético en 1999 y del Concorde franco británico en 2003. La compañía aeronáutica de origen estadounidense Boom Supersonic ha lanzado el XB1, una versión a escala 1:3 de lo que pretende ser el demostrador de pruebas del futuro Overture. Se trata de un proyecto para la fabricación y comercialización de un nuevo avión supersónico a match 2,2 con una capacidad de entre 65 y 88 pasajeros y que podría estar volando en el año 2026. La aerolíneas capaces de incorporarlo a su flota se preparan para introducir rutas de alto radio mucho más cortas en duración y de impulsar una élite de tripulantes de cabina de pasajeros que den servicio en la aeronave comercial más sofisticada que haya existido.
Este nuevo prodigio de la aviación, que volará a más del doble de la velocidad del sonido, acortará sustancialmente los tiempos de viaje. Podrá cubrir rutas como la de Nueva York y Reino Unido en 3 horas y media, la de Los Ángeles y Sydney en 8, y la de San Francisco y Tokyo en 6 horas. Para el director ejecutivo de Boom Technology, Blake Scholl, la velocidad es un factor clave por las repercusiones que tiene en la vida de la gente en general y de los pasajeros en particular: “La barrera del tiempo es lo que nos mantiene separados. Creemos que es muy importante romper la barrera del tiempo, más que la barrera del sonido”, ha dicho, siguiendo el argumento corporativo de la compañía, que tiene como uno de sus valores el acercamiento de personas y culturas. De hecho, el nuevo avión supersónico se llama Overture, que se traduce como ‘apertura’, lo que puede interpretarse como una herramienta para abrir el mundo a través de los viajes de corta duración.
La experiencia del Concorde
Boom Technology presenta el proyecto Overture como una herencia del legado del Concorde, optimizado gracias a las las enormes evoluciones tecnológicas desarrolladas durante las últimas décadas en la industria aeronáutica. “Nos vemos retomando lo que dejó Concorde a la vez que mejoramos los aspectos más importantes que son la sostenibilidad económica y ambiental», argumenta Scholl. Se refiere el CEO a las altas facturas que suponían los viajes en el supersónico franco británico, tanto en lo que se refiere a su impacto en el medioambiente como en el precio de los billetes, cerca de 12.000 dólares en un trayecto transatlántico de ida y vuelta, y teniendo en cuenta que son precios de finales del siglo XX, lo que ajustando la inflación podría traducirse en 20.000 dólares actuales. “Aquello no era viajar, sino algo que podría esperar hacer una vez en la vida”, ironiza Scholl.
El nuevo Overture pretende ampliar el público objetivo que pueda acceder a sus viajes supersónicos, algo que el Concorde estaba restringido a una élite muy reducida. Esta ampliación de mercado se consigue gracias a la optimización de los recursos necesarios para hacer volar el avión, lo que se traduce en un consumo de combustible más eficiente. En este sentido, la aplicación de las últimas innovaciones tecnológicas es clave para conseguir el binomio de sostenibilidad económica y ambiental al que se refiere Scholl. “Hemos pasado del aluminio a la fibra de carbono, de la redacción de papel, reglas de cálculo y túneles de viento a la posibilidad de optimizar aviones en la simulación por computadora”, afirma.
Las compañías aéreas se posicionan
El proyecto parece haber tenido una buena acogida entre las aerolíneas más importantes de la industria. Virgin Atlantic confirmó que compraría 10 aviones cuando se dio a conocer el proyecto, en 2016. Otra aerolínea europea también confirmó, de forma anónima, la adquisición de 15 aparatoss. Ambas operaciones sumarían un total de 5 billones de dólares.
El Salón Internacional de la Aeronáutica y el Espacio de París-Le Bourget de 2017 fue el escenario donde otras aerolíneas se sumaron a la demanda. Se realizaron encargos para la producción de 51 aeronaves. También Japan Airline confirmó en 2017 que había reservado un total de 20 unidades, sumando una demanda total de 76 pedidos comprometidos e impulsando la viabilidad del proyecto.
De esta manera la factoría de Boom tendrá capacidad para fabricar hasta 100 aeronaves por año para abastecer un mercado potencial de 1.000 a 2.000 aeronaves en un período de 10 años o más. El sector aérea abre una nueva perspectiva de viajes comerciales de amplio radio y dinamiza considerablemente la formación y el desarrollo profesional de los nuevos tripulantes de cabina de pasajeros, azafatas y auxiliares de vuelo, una nueva élite de clase match 2.2.
