El mundo de la aviación se queda sin su característica estela verde y roja. La marca italiana Alitalia dejará de operar a mediados del próximo mes de octubre y pone punto y final a una historia de más de 70 años de vuelos. Una compañía que fue una de las más suntuosas representantes del lujo de volar y un orgullo para todos los tripulantes de cabina de pasajeros que tenían el talento y la preparación para formar parte de su plantilla.
La aerolínea transalpina dejó de vender billetes el pasado 25 de agosto y a partir del 15 de octubre la nueva marca ITA (Italia Trasporto Aereo) absorberá su estructura, incluida parte de su flota, su plantilla y sus recursos, así como los vuelos y asientos que haya vendido a sus pasajeros. Quienes tengan un billete comprado con Alitalia en una fecha posterior a la finalización de operaciones podrán solicitar un reembolso completo o un cambio a una fecha anterior al cierre. La nueva directiva no ha contemplado la validación automática de los billetes, por lo que se estima que más de 250.000 clientes se verán afectados por la operación y la compañía deberá gestionar un gran número de reclamaciones.
La nueva ITA será, en un inicio, una empresa pública que tendrá como mayor accionista al gobierno italiano. El estado ya tuvo que intervenir anteriormente en la aerolínea, que sufre una crisis permanente desde hace décadas. De hecho, la compañía se encuentra en un régimen de administración extraordinaria desde 2017. Fueron varios los intentos privados de diferentes consorcios de aviación para poner control sobre la compañía durante los últimos años, desde KLM y Air France a Ethiad. Finalmente el gobierno italiano ha decidido tomar el mando e implementar un plan que se presupone drástico, con una dramática reducción de flota, de vuelos y de plantilla. El futuro de la nueva empresa es todavía incierto.
Alitalia representó un orgullo para el país. La marca se creó en 1946 tras la Segunda Guerra Mundial en un país derrotado por la contienda y señalado por su alineación con los nazis. El pueblo italiano necesitaba referentes y la nueva compañía aérea estatal era una manera de enseñar con pundonor los colores de Italia por el mundo en un momento histórico en que la aviación comercial comenzaba a ser un símbolo de lujo y poder.
Algunos de los valores más característicos del país estaban representados en los aviones de Alitalia. Sus pasajeros podían disfrutar a bordo de la mejor pasta italiana y sus azafatas y auxiliares de vuelo vestían uniformes diseñados por algunas de las marcas nacionales más conocidas de la moda internacional con nombres como Delia Biagiotti, Alberto Fabiani, Renato Balestra o Giorgio Armani.
Pero la aviación comercial empezó a cambiar ampliando su rango de clientes con billetes a precios más competitivos, lo que se tradujo en márgenes menores y una necesidad mayor de control financiero. Alitalia no se adaptó y la crisis del sector motivada por los atentados del 11S fue el detonante de una larga crisis que tenía su origen décadas atrás. Los últimos 20 años han sido el marco de diversos movimientos financieros que no han dado con una solución estable para una marca que siempre dejará una estela genuina.
